La revolución de las comunicaciones fue variando con el
correr del tiempo: de los primeros servicios de cartas hasta las charlas
telefónicas, el sistema se perfeccionó a la par del avance de la tecnología.
Sin embargo, hace 40 años, la compañía estadounidense Bell Labs lanzó al
mercado un sistema de móviles avanzados. De esa manera, comenzó una nueva era
vinculada al uso de celulares personales.
Los artefactos recién se volvieron populares en la década
del ?90, cuando empezaron a tener repercusión a nivel internacional. Aquellos
teléfonos analógicos eran de primera generación (1G) y la voz se transmitía con
el método clásico de la frecuencia modulada, también conocido como FM.
Curiosamente, ese proceso funcionaba de manera similar al de un walkie-talkie.
El mentado AMPS utilizaba diversos grupos de canales con el objetivo de que no hubiese interferencias y el celular en cuestión contaba con la típica antena en la parte superior. A su vez, supo ser la red líder hasta el año 2009, cuando las principales potencias -Inglaterra, Japón y Estados Unidos a la cabeza- decidieron pasar a los mecanismos digitales, como GSM y CDMA.
A 40 años del 1G: virtudes y defectos del sistema que
revolucionó la comunicación
En principio, las empresas llevaban a cabo una división del
espacio geográfico en celdas por las que establecían conexiones. En el caso de
aquellas que se encontraran muy distanciadas entre sí, se podían reutilizar los
eventuales canales. Sin embargo, era necesario implementar una vía común que
oficiara de nexo. que se denominaba MTSO (por sus siglas en inglés, Mobile
Telephone Switching Office), para definir jerarquías.
Ese sistema evitaba, como primera instancia, la interrupción de una posible llamada y encaminaba el contacto entre el emisor y el destinatario. Por ello, suele reconocerse que el 1G abrió un nuevo camino en el mundo de las telecomunicaciones, más allá de que tenía algunos puntos discutibles en cuanto a la seguridad de la señal: era muy fácil de interceptar.
Por otra parte, la velocidad de transferencia de datos era mucho menor a la de sus sucesores e inclusive otras alternativas que se estaban desarrollando. Su final se precipitó mucho más rápido de lo que se esperaba y los operadores le pusieron punto final en 2007.
De todos modos, AMPS todavía se sigue teniendo en cuenta como opción de respaldo, pese a que no es compatible con los mensajes de texto y aplicaciones para teléfonos inteligentes con funcionalidad similar.
A 40 años del 1G: las mejoras tecnológicas que prometen
volverse furor
Las mejoras de generación se producen, en promedio, una vez
por década. Ya a fines del siglo XX, se dio a conocer el 2G con la voz digital,
que involucraba el uso de datos y textos a baja velocidad. Los 2000 irrumpieron
con el 3G, brindando acceso a Internet y la aparición de la banda ancha. Diez
años después, se instauró el 4G, que todavía cuenta con cierta hegemonía
alrededor del globo: la red está basada en el IP y se añadieron los servicios
de streaming.
Al mismo tiempo, los celulares ya no son los únicos que
poseen esa tecnología: hay tablets, computadoras y hasta electrodomésticos como
lavarropas inteligentes que la ofrecen. El 5G, con su impulso novedoso, todavía
no pudo hacerse un lugar en varios países debido a su necesidad de
adaptabilidad y cuestiones geopolíticas relacionadas con la inversión china.
Según plantean los especialistas, habrá mayor rapidez de
descarga, lo que permitirá superar los 10 gigabits por segundo. A su vez,
operará en tres bandas de frecuencia, pero tendrá dificultades para atravesar
algunos materiales como paredes o ventanas. Para evitar ese flagelo, los
expertos plantean utilizar celdas en lugares concurridos, como estadios. Por
supuesto, el AMPS sentó las bases de la revolución.