Argentina y Australia tienen la mejor esperanza de que su
civilización sobreviva durante una década después de una lluvia radiactiva. El
mismo estudio científico asegura que, ante ese panorama, en Gran Bretaña la
probabilidad de morir de hambre sería del 90 por ciento.
La investigadora Lili Xia y su grupo han estudiado seis
posibles escenarios: cinco de ellos corresponden a guerras nucleares entre
India y Pakistán, mientras que el sexto es un gran conflicto entre Rusia y
Estados Unidos. Los científicos han hecho sus cálculos "en base al tamaño del
arsenal nuclear de cada país", detalla su universidad en un comunicado.
Al introducir sus estimaciones en un modelo climático, los
expertos han calculado el impacto que sufriría la producción de cultivos de
maíz, arroz, trigo y soja, así como los cambios que sufrirían las tierras de
pastoreo y los bancos globales de pesca.
Bajo el escenario menos dañino, una guerra restringida entre
India y Pakistán, la producción media de calorías alimentarias mundial
decrecería un 7 % en los cinco años siguientes al conflicto. En el peor de los
casos, en cambio, esa producción caería un 90 % en un periodo de tres o cuatro
años. El declive en los cultivos sería especialmente severo en las latitudes
medias y altas, incluido en Estados Unidos y Rusia, grandes exportadores de
alimentos, lo que tendría un grave impacto en países importadores de África y
Oriente Medio.
Más del 75 % del planeta sufriría hambruna en el peor
escenario, según el trabajo liderado por Xia, que especula con la posibilidad
de que la producción agrícola ahora destinada a animales podría servir para
alimentar a la población humana en un primer momento. "La capa de ozono
quedaría destruida por el calor en la estratosfera, produciendo más radiación
ultravioleta en la superficie. Necesitamos comprender el impacto de ese
escenario en la producción de alimentos", detalló la investigadora.