Australia
se comprometió esta semana en una carta enviada a la directora general de la
Unesco, Audrey Azoulay, a poner en marcha una serie de medidas urgentes para
proteger la Gran Barrera de coral, una decisión que ha sido aplaudida por la
organización, tras años de alertar al Gobierno de ese país sobre los peligros
de continuar permitiendo prácticas como la pesca de redes de malla. "Me alegro
de este diálogo continuo entre nuestros expertos y las autoridades australianas
se traduzca hoy en compromisos formales", declaró Azoulay.
En 2021, en
vista de datos muy preocupantes sobre el estado de conservación del sitio, los
expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomendaron su inscripción en la Lista del
Patrimonio Mundial en Peligro, una advertencia que parece haber causado efecto.
En 2022, la
organización elaboró junto a la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN) diez medidas necesarias y urgentes para proteger la Gran
Barrera de coral, que remitió al Gobierno australiano. En su informe, los
expertos confirmaron que esta se encontraba en una situación alarmante y
amenazada a la vez por la contaminación, la sobrepesca y el calentamiento del
agua.
MEDIDAS DE
PROTECCIÓN
Ahora bien,
la ministra australiana de Medio Ambiente, Tanya Plibersek, ha anunciado
medidas como crear zonas de pesca en un tercio de la zona de aquí a finales de
2024 y prohibir totalmente la pesca con redes de malla para 2027, reducir el
vertido de contaminantes agrícolas e industriales y fijar objetivos más
ambiciosos de reducción de emisiones de dióxido de carbono.
La Unesco
ha declarado que vigilará atentamente la puesta en marcha efectiva de estas
medidas y que el estado de conservación de la Gran Barrera de coral volverá a
ser examinado por el Comité del patrimonio mundial en su próxima reunión, que
tendrá lugar del 10 al 25 de septiembre en Arabia Saudita.