En el campo de la creatividad hay una técnica recurrente que
se utiliza en muchas empresas y es la clásica lluvia o tormenta de ideas, la
cual consiste en que todos los miembros de un equipo aporten sus propuestas de
manera grupal y en voz alta. Ahora bien, en los últimos años empezó a ganar
terreno un recurso alternativo y que puede ser tan o más beneficioso: el
brainwriting.
En toda organización habitan personas más introvertidas que otras y que no siempre se sienten cómodas en ciertas dinámicas de grupo. Además, puede ocurrir al trabajar con compañeros, no poder aportar sugerencias y propuestas debido a factores como la mala comunicación, los desacuerdos o que no haya turnos para poder dar una opinión. El brainwriting optimiza la innovación en la empresa y evita, además, todos esos inconvenientes mencionados
Brainwriting: definición, origen y finalidad
Brainwriting es una técnica de creatividad sustentada en la
generación de ideas por escrito entre distintos miembros de un grupo de trabajo
y fue diseñado por un experto en marketing, Bernd Rohrbach, en 1969. El
objetivo es sustituir el pensamiento en voz alta de la clásica lluvia de ideas,
por ese razonamiento más íntimo, profundo y meditado que facilita la propia
escritura.
Puede que, llegados a este punto, esta herramienta para
estimular la creatividad e innovación te genere algunas preguntas: ¿Qué
beneficio tiene frente a la siempre recurrida tormenta de ideas? ¿Por qué esta
última debería sustituirse? "El psicólogo organizacional Tomas
Chamorro-Premuzic fue quien destacó las limitaciones del clásico modelo de
creatividad", explicó la psicóloga española Valeria Sabater.
Sabater dijo que este experto internacional en perfiles
psicológicos, liderazgo y gestión del talento y autor de libros como The talent
delusion (2017), explicó en el Harvard Bussiness Review que empresas grandes
usaron durante años la lluvia de ideas sin ser conscientes de que, en muchos
casos, ofrece más perjuicios que beneficios.
Por qué la tormenta de ideas no siempre es útil
En una investigación divulgada por la revista Advances in Experimental Social Psychology se destacó cómo la técnica de la lluvia de ideas afecta en muchos casos a la productividad de las empresas. Para conocer las causas que orquestan este llamativo factor, es interesante profundizar en las siguientes realidades y algunas pueden resultar familiares:
- Empleados con más talento pueden pasar desapercibidos, sobre
todo, si son más introvertidos.
- Genera ansiedad social, ya que, a veces, nos inquieta que
los demás juzguen nuestras propuestas.
- Se pierde mucho tiempo, puesto que es posible pasar varias
horas sin que exista un aporte sólido entre todos.
- Es muy frecuente que se opte por dejar que sean los otros
quienes hagan sus aportaciones y decidan. Esto termina por inducir a muchos
empleados al conformismo.
- Produce una falsa sensación de eficacia, lo que significa
que tenemos tan interiorizada la idea de que la tormenta de ideas es útil que
no siempre se ponen en práctica nuevos enfoques.
- Nos obliga a pensar de forma muy rápida y hasta caótica. De
este modo, resulta difícil meditar los razonamientos y ofrecer ideas
innovadoras cuando hay tanta gente discurriendo a la vez.
Cuál es la finalidad del brainwriting y cómo se aplica
Cuando Bernd Rohrbach publicó la técnica explicó que este
recurso busca ser una metodología de creatividad ordenada, democrática y efectiva.
La finalidad de la escritura de ideas es crear un espacio para que todas se
compartan y todas las personas puedan aportar, mediante textos, visiones
innovadoras. El principal beneficio de este recurso es que ahorramos mucho
tiempo y es una técnica democrática y eficaz.
Esta herramienta para estimular la creatividad e innovación
también se la conoce como la técnica 6-3-5. En realidad, es un recurso muy
simple, económico y efectivo que toda organización debería plantearse. Si de
verdad deseamos tener empresas más competitivas y aptas para adaptarse en
contextos estresantes y cambiantes, estamos ante una buena propuesta.
La técnica 6-3-5 puede traer múltiples beneficios si se instaura de forma adecuada, entre ellas, elegir un moderador que es la persona encargada de dirigir cada uno de los pasos durante el proceso de creación de ideas de los equipos. Esta persona informa, guía y dinamiza. Su objetivo es que todos los miembros conozcan las metas y objetivos propuestos y se ajusten a cada pauta de esta herramienta.
Primera fase: grupos de seis personas, tres ideas, cinco minutos. La metodología consiste en la creación de grupos de seis personas que, en turnos de cinco minutos, redactan tres ideas. Para ello, el moderador lleva cabo las siguientes acciones:
- Exponer el problema o un objetivo a alcanzar.
- Organizar pequeños grupos de seis personas cada uno.
- Sentar a los empleados en una mesa junto a papel y lápiz.
- Pedir que creen tres ideas que estén en sintonía con lo
expuesto.
- Informar a los grupos que tendrán cinco minutos para
llevarlo a cabo.