Para fines de agosto se comienza a hablar sobre este temporal. Se da alrededor del 30 de agosto, donde empieza la actividad de intensas lluvias.
Tiene su origen en una leyenda urbana que atribuyó a los poderes místicos de Isabel Flores de Oliva (Canonizada como Santa Rosa), que impidió que piratas holandeses atacaran la ciudad peruana de Lima.
Sin embargo, puede suceder en cualquier momento entre agosto y la primera quincena de septiembre.
Para despejar dudas y miedos, desde el organismo aclararon que para que este fenómeno suceda, tiene que haber actividad eléctrica. Si no existe la presencia de descargas bruscas de electricidad atmosférica acompañadas por un resplandor (relámpago) y un ruido (trueno), no clasifica como tormenta.
Ahora bien, se asocian a nubes denominadas convectivas
(cumulonimbus) las que, generalmente, generan precipitaciones intensas en forma
de chaparrón, en ocasiones, de nieve o granizo, así como también
vientos fuertes, aclara en el documento publicado en su página oficial.
Estadísticas:
Se tomó como referencia una base de datos de más de 100 años
y se encuentra dentro de la región de nuestro país, donde hay temporales atípicos. Considerando los datos del 25 de agosto al 4 de septiembre (5
días antes y después de Santa Rosa) desde 1906 hasta 2021.
El resultado arrojó que, en los 116 años de registro, en 65 oportunidades (56% de los casos) se produjeron en esas fechas, aunque no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes.
A partir del jueves 25 se podían registrar diluvio en el centro y sur del Litoral y norte de la provincia de Buenos
Aires.
Luego, hacia el fin de semana, avanzará un frente frío que provocará la formación de nuevas tempestades, primero en la región ya mencionada y posteriormente en el NEA.
A no alarmarse que el ente aseguró que no hay evidencias de que sea más fuerte que cualquier otra.