La vida en el espacio supone una enorme adaptación. Además de orbitar el planeta a 400 kilómetros por encima de la superficie terrestre, los astronautas se ven privados de ciertas constantes como los ritmos diarios del amanecer y el atardecer, la reconfortante presencia de la familia y la constante atracción al suelo de la gravedad.
Estos cambios no solo desorientan psicológicamente: los viajes espaciales también provocan cambios fisiológicos masivos. El principal de ellos es el desplazamiento de fluidos de la parte inferior del cuerpo al tronco y la cabeza mientras los astronautas flotan en microgravedad. Esto puede provocar anemia, problemas oculares, cambios en la presión sanguínea y disfunciones inmunológicas. Todos los sistemas orgánicos se ven afectados, como demuestran las mediciones detalladas de los astronautas durante el entrenamiento y las misiones espaciales.
Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Immunology por Odette Laneuville, bióloga molecular de la Universidad de Ottawa (Canadá), y su equipo analizó cómo afectaban estos cambios al sistema inmunitario de 14 astronautas durante sus estancias a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). El análisis descubrió cambios genéticos que indicaban un descenso de la función inmunitaria a los pocos días de llegar a la ISS, y una posterior vuelta a la situación de partida varios meses después de su regreso a la Tierra.
Los resultados muestran cómo el sistema inmunitario se adapta rápidamente a la microgravedad y vuelve gradualmente a la normalidad. Los científicos pueden utilizar este tipo de información para comprender mejor desde las amenazas de enfermedades infecciosas durante los viajes espaciales hasta cómo pueden curarse las lesiones en condiciones de ingravidez.
"A los pocos minutos de estar en el espacio, el cuerpo cambia", afirma Jamie Foster, astrobióloga de la Universidad de Florida (Estados Unidos) que no participó en el estudio. "Pero no creo que tengamos todavía una idea muy clara de los cambios a largo plazo".
Fuente NatGeo