El lugar está a unos 200 kilómetros de París, y desde ahí, la madera será transportada a pesar de la oposición de grupos conservacionistas nacionales e internacionales.
Hasta hoy, cerca de 2 mil árboles han sido talados para conseguir la materia prima suficiente que requiere la obra. Específicamente robles, que formarán parte de la aguja de Notre Dame. La decisión, sin embargo, no pasó sin generar amplia controversia en Francia y en el mundo.
Son escasas las veces en las que los árboles son seleccionados "de manera tan pomposa", según la sección de cultura de Deutsche Welle. Al día de hoy, se han recolectado más de 800 millones de euros para la reconstrucción del templo. Según el ministro de Agricultura de Francia, Julien Denormandie, éste es un esfuerzo necesario para Francia: "Creo que Notre Dame, que es un símbolo de nuestro pasado, muestra hasta qué punto los bosques hacen historia contemporánea", dijo el mandatario, con respecto a la reconstrucción de la torre y la estructura del techo de Notre Dame.
En 2019, el presidente francés Emmanuel Macron prometió reconstruir el monumento "en los próximos cinco años". Más de 40 mil franceses, en contraste, expresaron su descontento al megaproyecto al firmar la petición para detener la tala de robles. Aunque se plantearon otras opciones que no involucrasen la tala indiscriminada de robles centenarios, el gobierno francés fue rígido en sus resoluciones.
Fuente Noticias Ambientales